La siguiente entrada
vuelve a traernos un poquito de Irlanda. En este sofocante verano, queremos
plasmar cómo sigue existiendo un lugar en el mundo lleno de paz y frescor. Este
lugar se llama Doolin, un bello paraje cercano a los Burren. En nuestra visita
pudimos comprobar su belleza y su grandiosidad.
Doolin es un pequeño
pueblo costero que sirve al turista como puerta de acceso, vía marítima a las
Islas de Aran. Su núcleo urbano es pequeño y disperso, a la manera de gran
parte de los pueblos asturianos que tan cercanos sentimos. Es un lugar poblado
por gentes amables y pacientes que están acostumbradas al tránsito de
forasteros por sus calles. Y aunque no son personas que llenen los silencios
con grandilocuentes discursos, son de ese tipo de criaturas que te mira a los
ojos para hacer patente su interés por lo que le estás contando, algo que sin
duda en estos tiempos que vivimos adquiere un valor incalculable.